Hay directivos que creen que la comunicación es improvisación inteligente: que basta “hablar bien” para salir airosos ante periodistas, empleados, clientes o incluso ante una situación complicada.
Pero basta vivir una entrevista difícil, una reunión tensa o un momento de crisis… para descubrir la verdad: un portavoz no nace, se entrena.
Y ahí empieza la diferencia entre quienes simplemente responden… y quienes representan.
En Data Comunicación repetimos una idea que sorprende a muchos: No formamos portavoces, formamos representantes.
Porque un portavoz no solo comunica lo que dice: comunica lo que es. Lo que sabe. Lo que transmite. Lo que inspira.
Muchos directivos se enfrentan a los medios con puntos débiles claros:
- Mensajes poco definidos o demasiado técnicos.
- Respuestas largas que pierden al interlocutor… o respuestas cortas que no aportan nada.
- Lenguaje corporal que no acompaña.
- Falta de estructura.
- Dificultad para conectar emocionalmente.
- Nervios que bloquean.
Todo esto lo analizamos antes de empezar, con un trabajo previo, que consiste en revisar piezas audiovisuales reales de los próximos alumnos, para detectar los hábitos y necesidades de cada participante. La formación comienza mucho antes de la sesión.
El mercado está lleno de cursos rápidos centrados en practicar entrevistas. Son útiles, pero incompletos. Nuestro enfoque es distinto porque trabajamos las tres dimensiones que hacen que un portavoz sea verdaderamente eficaz:
- La dimensión de los medios. Cómo piensan, qué buscan y cómo trabajan los periodistas. Cómo adaptar el mensaje a cada formato. Esta parte la imparten periodistas en activo y profesionales con décadas de experiencia en prensa, radio, televisión y medios digitales.
- La dimensión de la empresa. Cómo construir mensajes claros, potentes y creíbles. En Data Comunicación trabajamos con una metodología propia de construcción de mensajes eficaces, sencilla, recordable y útil tanto ante los medios como en cualquier interacción directiva.
- La dimensión formativa. No basta con saber comunicar: hay que saber enseñar a hacerlo. El equipo combina experiencia real en comunicación, formación y dirección de portavoces. Esta dimensión asegura que el aprendizaje es profundo, práctico y aplicable.
A partir de ahí, todo fluye con naturalidad: teoría esencial, práctica realista y aprendizaje significativo.
Formación de portavoces para personas directivas
Las personas directivas que acuden a nuestra formación aprenden la teoría que importa de verdad
- Qué hace que un portavoz genere credibilidad (sí, seguimos usando las estructuras aristotélicas).
- Cómo construir mensajes claros y memorables.
- Cómo conectar emocionalmente, sabiendo que la emoción es “la carretera” por la que circula cualquier mensaje. Si la carretera es mala, ni el mejor mensaje avanza.
Los alumnos de la Escuela de portavoces realizan prácticas en situaciones reales: Entrevistas grabadas, canutazos, tertulias… situaciones que reproducen la presión real de los medios. Todo se analiza con feedback técnico, y también con aportaciones del grupo, porque quienes conocen al participante aportan claves valiosas.
Quien recibe la formación, recibe un plan de mejora personal. Cada persona se lleva conclusiones específicas basadas en su desempeño, y la presentación completa para reforzar el aprendizaje posteriormente.
Antes, durante y después hay método: análisis previo, teoría aplicada, práctica intensa, feedback colectivo y recomendaciones individuales.
¿Por qué realizar esta formación de portavoces?
Es la pregunta clave es: ¿Por qué un directivo debería realizar esta formación? Porque tarde o temprano tendrá que representar a su empresa. Y cuando ese momento llegue, su credibilidad será su mayor activo.
Los beneficios son claros:
- Claridad. Sabrás crear mensajes que se entienden y se recuerdan.
- Seguridad. Dominarás las dinámicas de los medios y evitarás errores que dañan la reputación.
- Control. Sabrás conducir las entrevistas, incluso las más difíciles.
- Credibilidad. Aprenderás a transmitir autoridad desde el primer minuto.
- Conexión emocional. Lograrás conectar con cualquier audiencia y reforzar la persuasión.
- Aplicación diaria. Las herramientas sirven para responder a un periodista… pero también para negociar, presentar, liderar o comunicar internamente.
Como decía Aristóteles —a quien citamos en nuestras formaciones—: «La credibilidad del orador es la mitad de la persuasión».
La otra mitad es lo que aprendes a construir con método, práctica y estrategia.
Si quieres representar a tu empresa con claridad, profesionalidad y una credibilidad que se note desde el primer segundo, esta formación es para ti.
👉 Solicita más información y da el paso hacia una comunicación directiva realmente eficaz.